La leyenda del indomable 4K 1967

¿Quiere una receta universal para una gran película psicológica? Cogemos a un protagonista combativo -un tipo carismático, extraordinario, con ojos de niño y una inolvidable sonrisa de oreja a oreja-, lo metemos en una olla de un centro de tratamiento/penitenciario/cualquier institución de tipo cerrado, añadimos un jefe astuto/alcohólico/inhumano o todo en uno al gusto y cocemos a fuego lento durante unas dos horas. En el proceso de ebullición, el Hombre (con mayúscula) se enfrenta al Sistema con sus numerosos cuidadores/sanitarios que hace tiempo perdieron el derecho a ser llamados humanos - el resultado final es el mismo que cuando una chispa entra en un polvorín. Un mar de placer. Una increíble oleada de emociones. Y lo más importante, una lucha. De lo oculto a una lucha despiadada y sin concesiones. Ya no puede haber medias tintas ni acuerdos. Sólo "o lo uno o lo otro". Un hombre gana rompiendo el sistema o abandonando los tediosos muros de la prisión ("Fuga de Shawshank", "El experimento", de Oliver Hirschbigel), convirtiéndose así en una leyenda viva, transmitida de boca en boca por sus compañeros de armas (en realidad, apóstoles) a las siguientes generaciones. El sistema sólo gana con una condición: la destrucción moral del individuo, porque incluso su destrucción física es perdedora ("El vuelo del nido del cuco", de Milos Forman, "A sangre fría, Lucas"). Porque tras él surgirá inevitablemente una reacción en cadena del siguiente que quiera competir con el Sistema.

La receta no es nueva: utilícela. ¿Cuál es el valor de "Luke a sangre fría"? Que puede, sin el menor remordimiento, ser calificada como el abuelo de muchas de las obras maestras cinematográficas posteriores antes nombradas. Por supuesto, un crítico de cine más avezado podría encontrar el "mono de cine" del que desciende la película de Stuart Rosenberg, pero yo no tengo conocimiento de raíces tan lejanas. Así que consideraré "Luke" una pionera del género.

Sobre la realización de una gran idea... no está exenta de debilidades, pero teniendo en cuenta el año de estreno y las decisiones revolucionarias (¡qué decir de la escena con el coche "Lucille" lavado para el 67!) se le puede perdonar a la película incluso más que eso.